Guillermo Zenner

Con un coraz6n misionero de nascimiento, el Pastor Gui llermo Zenner, de 78 anos no ha dejado que la jubilaci6n ni sus problemas de salud lo detengan de hacer el trabajo que el mas ama. En su juventud, Zenner estudio administracion de empresas en el lnstituto de Uruguay, pero Dios dirigio sus planes y lo guio a recibir una especializacion en teologia y un menor en la administracion de empresas en la Universidad Adventista del Plata en Argentina.

Su primer campo de mision fue en el sur de Brooklyn, Nueva York, en una comunidad diversa y pobre. Al llegar, le pregunto a su congregacion de 50 miembros que deseaban para su iglesia. La respuesta fue tener la iglesia abierta todos los días de 7:00 am a 9:00 pm, cerrando solo los lunes. Por dos años el hizo lo que la iglesia le pidio, y los miembros aumentaron tanto que hizo falta una iglesia mas grande. La congregación recaudo el dinero suficiente para comprar un edificio que había sido un banco. El edilicio se convirtió un templo compuesto y la congregación creció a mas de 700 miembros.

Zenner dice que, a lo largo de su ministerio, "La visitación ha sido la parte mas importante de mi trabajo-algo que rara vez se hace hoy en día. Se visita a un miembro Adventista o no adventista por 15 minutos, primero formando una amistad y despues se ora con ellos; manteniendo la visita corta". La formaci6n de una relaci6n cara-a-cara con las personas en sus hogares fue lo que energiz6 a Zenner durante sus anos de pastor. Cuando se jubilo en el 2004, se sentia un poco limitado y le pregunto a Dios como podria seguir trabajando para El. Zenner dice que la respuesta de Dios fue ir y repartir la revista El Centinela. Su meta fue regalar 15 copias a dondequiera que fuera. Zenner honro su palabra y repartio por lo menos 15 revistas cada dia.

En septiembre del 2015, sintio un fuerte dolor en la pierna y fue al hospital. Un par de semanas despues, regreso al hospital Esta vez tenia una bacteria mortal que habia entrado en su cuerpo en su previa visita al hospital. La bacteria causo que sus organos se detcrioraran y eventualmente fallaran. Estaba al borde de la muerte.

Un mes despues, su esposa, Maria Zenner, se enfrento con una decision dificil. Admitirlo a cuidado de hospicio o transportarlo a un hospital de largo plazo. Eligio cl hospital de largo plazo, pero continuo batallando en su coraz6n si esta era la decision que Dios queria. ·Ella siguio orando, pidiendole a Dios que le mostrara Su voluntad, Mientras lo preparaban para ser transportado, Zenner le pidio a Maria que se acercara. Con su debil voz le dijo que si algo le llegara a suceder, ella necesitaba terminar los estudios biblicos que habian empezado con los vecinos. 1Eso es un verdadro misionero!

Maria fue a su casa con el coraz6n quebrado esa noche. Se preguntaba si volveria a ver a su esposo al siguiente dia. De rodillas le pidio a Dios una senal. Queria verlo al dia siguiente sentado en su cama, capaz de hablar con ella.

Milagrosamente, ella lo encontro exactamente asi al siguiente dia. El comenzo a recuperarse y, despues de tres meses en el hospital, pudo volver a casa.

Zenner sintio la neccesidad de comenzar a visitar a personas, pero no sabia como hacerlo. Apenas podia caminar y no podia salir de su hogar debido a su lenta recuperacion. Empezo a dcspertarse a las 3 a.m. a orar por las familias y personas que recordaba que necesitaban oracion. A partir de ahi, creo una lista y la cantidad de personas que necesitaban oracion comenz6 a crecer. Hoy hay 135 personas en su lista.

El metodo del Pastor Guillermo Zenner es facil. Desde su casa en Grand Prairie, el llama a un grupo de personas en su lista cada dia. Comienza con una conversacion amable y termina con una oracion. El dice: "No puedo visitar a los miembros en sus hogares como lo hacia antes, pero ahora soy capaz de hacerlo a traves de la oracion intercesora. Este es un metodo que Jesus us6. Primero, se convirtio en sus amigos y luego les dijo: “Sigueme".

Zenner dice que sabe que Dios le ha dado una mision, y con un fiel corazon, seguira haciendo Su obra hasta el dia de su descano.